Entidades productivas se manifestaron en contra de la probable medida, dado que causaría graves consecuencias socioeconómicas en la región del Noroeste Argentino (NOA).
La Federación Económica de Tucumán (FET), el Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (CACTU) y el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) expresaron su alto grado de preocupación ante el Gobierno nacional por la posible apertura de la importación de azúcar proveniente de Brasil. El vecino país es el mayor productor y exportador del mundo.
“La actividad sucroalcoholera es la principal agroindustria de Tucumán y de todo el NOA, por lo que una medida de estas características podría tener efectos nocivos sobre el nivel de actividad económica de la región y, por ende, sobre el nivel de empleo”, comentó el presidente del sector Primario de CAME, Raúl Robín.
El sector azucarero argentino está recuperándose, con gran esfuerzo, de una crisis sectorial. Al respecto, el titular de la FET, Héctor José Viñuales, afirmó: “Hemos sido muy castigados por las políticas macroeconómicas. El valor artificial del dólar aumentaba los costos de producción en esa moneda, reduciendo la competitividad e imposibilitando las exportaciones de prácticamente un cuarto de la producción habitual”.
Para dimensionar el impacto que podría generar la quita de restricciones a la importación de azúcar desde Brasil, basta señalar que su sector sucroalcoholero es 20 veces más grande que el argentino. Además, el Estado brasileño regula y subsidia la actividad, desde hace 50 años y de manera agresiva, con más de u$s 2550 millones anuales. También, el Gobierno de Michael Temer utiliza el precio de dumping del mercado mundial del azúcar para avanzar sobre nuevos mercados.
En Argentina, en cambio, el mercado interno tiene precios muy inferiores a los costos de producción. Si no se toman medidas proteccionistas para potenciar el sector, como hacen todos los países productores de azúcar, miles de agricultores podrían ir directo a la quiebra.
“¿Por qué quieren exponer dentro de un mercado mundial, distorsionado por subsidios estatales y prácticas comerciales desleales, a un sector de la economía que es eficiente, exporta y provee al mercado interno a precios que se encuentran entre los más bajos del mundo?”, reflexionó Otto Gramajo, presidente de CACTU. “¿Cuántos sectores industriales de nuestro país pueden presentar genuinamente estos indicadores y tal potencial?”, agregó.
Ante la posible apertura de la importación, los cañeros recuerdan un hecho histórico que ayuda a precisar el alcance socioeconómico que tendría una medida semejante. En el año 1966, en Tucumán, 11 fábricas azucareras cerraron sus puertas y un cuarto de los habitantes de la provincia migró hacia otras ciudades, la inmensa mayoría a Gran Buenos Aires y Gran Rosario, en busca de nuevas oportunidades.
En la actualidad, Tucumán es el primer generador nacional de azúcar, con el 64% del total del país; cuenta con más de 6 mil productores cañeros, 275 mil hectáreas cultivadas y 15 ingenios. Además, su agroindustria azucarera representa aproximadamente el 35% del PBI provincial. La producción de alcohol y bioetanol, así como también la cogeneración de energía, son actividades fuertemente ligadas con la actividad.
De izq. a der.: Raúl Robín, Héctor José Viñuales y Otto Gramajo