Para las pequeñas y medianas empresas el incremento de la tasa de referencia dificulta aún más el acceso a crédito, y por ende, contribuye a desalentar la actividad. Respecto al aumento del dólar, si bien era reclamado por el sector para recuperar competitividad, en un contexto de sobresaltos, la medida no ayuda porque se vuelve impredecible y esporádica. Se necesita un tipo de cambio a este nivel pero con un mercado previsible.
Es por eso que esperamos que la suba de la tasa de interés tan brusca y pronunciada para contener al dólar sea transitoria. Es preocupante porque no sólo encarece los costos financieros de las Pymes sino que se vuelven a desviar fondos que deberían destinarse a inversión productiva al mercado financiero.
Por otra parte, el valor del dólar estaba retrasado desde la perspectiva de las economías regionales, Pymes exportadoras, el comercio en ciudades de frontera y el turismo receptivo que necesitan recuperar competitividad, pero tampoco ayudan estos sobresaltos. Y si bien frena la importación, tampoco habrá precio de referencia de productos y además se corta la cadena de pagos porque se comienzan a rechazar pagos a cuenta con cheques a 60/90 días.
Pero volviendo a la competitividad, para poner un ejemplo concreto, en las provincias de frontera depender de la volatilidad del dólar no es suficiente como medida, porque el principal problema de fondo es el costo argentino y con los saltos de nuestra economía se retraen contratos y ya se está advirtiendo que con la suba del dólar se incremente el combustible, y de esta manera, se perderá parte del valor recuperado con la devaluación.
Es decir, en el interior profundo este insumo provoca un efecto cascada, siempre especulativo, que termina generando más asimetrías.
En conclusión, el contexto de deterioro de los mercados internacionales se expresó en nuestro país de manera brusca, pero es positivo que el gobierno quiera acelerar el equilibrio fiscal y reducir su déficit permitiendo un alivio al endeudamiento público.
Sería importante que se reinstauren las líneas de inversión productiva vigentes hasta fines del 2017 a tasas preferenciales para Pymes que hoy no encuentran alternativas en el mercado financiero.