La crisis energética se originó en la Argentina como consecuencia del congelamiento de las tarifas y el desincentivo a la inversión, a pesar de que en el país ese servicio estuvo fuertemente subsidiado.
El Gobierno actual dispuso políticas orientadas a recomponer la matriz energética y actualizó los valores que estaban muy retrasados y que se cubrían con subsidios del Estado a las empresas. Además, estableció que todas las jurisdicciones paguen un precio único por las compras al mercado mayorista (antes existían diferencias). Sin embargo, este plan tendría que ir acompañado con el compromiso de los gobernadores de hacer valer nuestras economías regionales, disminuyendo los impactos locales, ya que el precio de la energía tiene grandes diferencias entre provincias.
Las tarifas eléctricas tienen tres componentes principales:
- El precio de la energía regulado por el Ministerio de Energía de Nación, que cubre principalmente los valores de generación.
- El Valor Agregado de Distribución (VAD) de las redes locales (capital más costos de operación y mantenimiento de distribución).
- Impositivo (IVA y retención de IVA).
CAME pide el compromiso tanto del gobierno Nacional como de los gobernadores para que adopten las medidas necesarias tendientes a eliminar los impuestos y costos burocráticos que incrementan las boletas de la energía a las Pymes.