El licenciado Pedro W. Trejo, docente de CAMEeducativ@, analiza tres herramientas clave que hay que utilizar para comenzar el camino de la reconstrucción
Aunque resulta poco conveniente comenzar un artículo con un no, por su implicancia obviamente negativa, este ejemplo es totalmente válido y hasta apropiado: no podemos quedarnos quietos. Un estado o condición de supervivencia tiene una mirada de corto alcance, ya que estamos muy ocupados en el presente, con mucha angustia por el pasado, con miedo por el futuro. Por lo tanto, si caemos bajo las garras de la supervivencia, estamos perdidos. Sabemos que la pandemia existe y es global. Sabemos que la "cuarentena" existe y es local. Sabemos que la crisis económica impactó en todos los sectores, algunos aún siguen sin estar abiertos y sin poder operar. Sabemos que va para largo y el camino será largo y sinuoso.
RECUPERACIÓN
Y saber, justamente, implica comprender una situación que no es deseada, pero que nos debe iluminar para la recuperación, la primera de las R. Si estuviésemos totalmente a ciegas, sin saber absolutamente nada, estaríamos fuera de nuestra consciencia o simplemente muertos. Por lo tanto, mientras podamos respirar, hay vida. Y si hay vida, debemos, necesitamos buscar esa recuperación tan deseada.
REQUIPAMIENTO
La segunda R es la que se refiere al reequipamiento (re-tooling, en su expresión original). ¿Qué herramientas nuevas vamos a necesitar para avanzar, para volver a crecer, para proyectar el futuro? Primero, las emocionales, las afectivas: familia y amigos. Algunos en forma cercana y otros a la distancia. ¡Ese es el alimento principal para el alma, que nos da fuerza interior para salir de la tormenta, nuestro propósito! Luego vienen las denominadas herramientas blandas, llamadas así aunque fortalecen nuestra personalidad y carácter. Tal vez, cada una de ellas sea blanda en forma independiente. Algunas de estas herramientas blandas: ser creativo, tener un pensamiento crítico, ser colaborativo, ser curioso, optimista, empático…y así podríamos seguir un buen rato. Y faltaría ponerle los ingredientes más importantes: la honestidad y la humildad. Con eso, estamos preparados para enfrentarnos a quién y a lo que sea. Estamos reequipados. Sin embargo, nos está faltando algo. Debemos adaptarnos a convivir con un nuevo escenario digital, que no es simplemente tener una "tienda virtual" y facturar con "Mercado Pago". Es mucho más que eso, es un conjunto de herramientas tecnológicas que aceleran la transformación de la forma de hacer negocios. Esa transformación digital de la que tanto se habla nos debe servir para adaptar y desarrollar un nuevo modelo de negocio que esté centrado en las personas, que haga más eficiente sus procesos y que los canales de interacción con sus potenciales y actuales clientes se multiplique.
RESILIENCIA
Finalmente, hay un punto más, que lo uniremos con el primer párrafo de este artículo. Y tiene que ver con la resiliencia, esa capacidad que debemos desarrollar para enfrentar el futuro. Es un tema mental, más que físico, y si bien mucho depende de la historia de vida de cada uno de nosotros, si contamos con respaldo afectivo, si vamos adquiriendo nuevas capacidades emocionales y actitudinales, vamos adquiriendo esa resiliencia necesaria para construir un futuro, que apunta a un trabajo de recuperación y aún más ansiado crecimiento.