Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) compartimos un nuevo documento elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la entidad que presenta un análisis del impacto del COVID-19 sobre la actividad general y el sector pyme, así como también sobre el sistema financiero nacional y global.
Según el informe, la información preliminar del mes de marzo muestra que el impacto de la pandemia se hizo sentir, incluso antes del aislamiento social obligatorio, donde ya había algunas actividades suspendidas. Sin embargo, el grueso de la caída económica llegará con más fuerza en abril.
Uno de los sectores más afectados son los comercios pyme, que registraron en marzo una caída del 48,7% en un mes que tuvo 19 días de actividad “normal” (aunque ya marcada por el coronavirus) y 12 días de aislamiento obligatorio, en el que la mayoría de los rubros debió interrumpir sus actividades.
Otro de los sectores gravemente perjudicados por la crisis sanitaria es el turismo. A diferencia de otros sectores, aquí lo que se perdió no se recupera. Y por la dura situación económica que se espera para los meses siguientes, es difícil pensar en un segundo semestre o una temporada de verano fuerte.
Por otro parte, la inestabilidad financiera global desatada a partir del avance del COVID-19 tuvo su correlato en el ya delicado mercado financiero local. El documento explica el impacto de la emergencia en el tipo de cambio, el riesgo país y las reservas internacionales de Argentina, así como también las proyecciones de la pandemia en el mundo y las medidas implementadas en los principales países.
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