Seguramente en tu actividad como empresaria o emprendedora, has tenido que recurrir al financiamiento bancario. Ya sea con el objeto de paliar tiempos difíciles o bien, con el propósito de apuntalar el crecimiento de tu empresa o para encarar un nuevo proyecto. Por esa razón, desde nuestro sector de Mujeres, junto al Departamento de Financiamiento y el de Estadísticas de CAME encaramos un nuevo desafío: poner en números y relevar en una encuesta las cuestiones sobre demandas, acceso y herramientas disponibles a la hora de financiar pymes de mujeres.
Durante la primera quincena de septiembre, se realizó el relevamiento de la información entre 309 empresas pymes y que abarco a 21 distritos, con la representatividad de un amplio abanico de sectores. En tiempos de pandemia, era de esperar que se percibiera un incremento en el interés por considerar herramientas financieras. Pero quisimos indagar un poquito más preguntando: ¿Qué encuentran en el mercado bancario, qué dificultades se les presentan? ¿Conocen realmente los procesos y oportunidades disponibles? ¿Cómo es el nivel de acceso al financiamiento?
Un dato revelador se obtuvo al evaluar la frecuencia de acceso al financiamiento. El 51,1% no solicitó financiamiento bancario en los últimos años, mientras que el 48,9% si lo hizo. Entre las solicitantes, el 66% lo obtuvo y a un 34% se lo rechazaron.
La encuesta reveló además que el 81,2% de las encuestadas son monotributistas y autónomas, instando a que se promuevan créditos para ese sector.
Al indagar sobre las principales desventajas y obstáculos encontrados, el 36,7% comentó que los requisitos son muy exigentes, principalmente por no contar con las garantías requeridas o incluso por no contar con antigüedad.
Es también muy evidente, el desconocimiento de los últimos programas con los que las pymes pueden recibir asistencia o financiamiento, en tanto que el 75,4% de las mujeres encuestadas no conocía la herramienta de la Sociedad de Garantías Recíprocas (SGR).
El compromiso que asumimos en el Sector Mujeres de encarar la inclusión financiera con perspectiva de género apunta justamente a mitigar este desconocimiento que hoy evidenciamos con la información relevada, fruto de una dinámica socio cultural e histórica donde la mujer quedaba en clara desventaja. Si bien se reconoce un avance la creación de nuevas líneas para mujeres, es esencial determinar con precisión cuáles y hacia quién generar las herramientas o recursos para que sean lo más efectivas y productivas posibles.
Sabemos, que fundamentar con estadísticas visibilizando los obstáculos nos da la posibilidad de encaminar una gestión eficaz.
En ese sentido, continuaremos trabajando en la difusión y educación financiera con perspectiva de género para disminuir el desconocimiento existente. Y, por otro lado, persistir en la articulación con los bancos públicos, privados y Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR) para acercar propuestas e iniciativas estratégicas con las necesidades puntuales de las mujeres empresarias y diseñar conjuntamente productos adecuados, destinados a los segmentos más representativos y que se encuentran en desventaja respecto al acceso a las herramientas.
Nota elaborada por Beatriz Tourn, presidenta del sector Mujeres Empresarias de CAME