Desde el sector de Turismo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) se elaboró un informe que detalla la cesación total de la actividad turística, es el caso de las MiPymes turísticas, que conforman aproximadamente el 85% de la oferta nacional. Esta situación es mucho más grave para aquellos emprendimientos situados en zonas rurales, caracterizadas mayormente por la pobreza, la informalidad y la falta de acceso equitativo a condiciones de desarrollo y competitividad.
El turismo rural es considerado un producto clave para activar las economías regionales, reducir las desigualdades y una solución concreta a la vulnerabilidad a la que está expuesta la población rural.
Esta crisis profundiza la coyuntura de marginalidad del espacio rural. El informe estableció:
- Coincidencia en la dificultad para afrontar costos fijos en el emprendimiento y en el desarrollo familiar.
- Situación paralizada, hay prestadores con cierre total, ante un momento del año que genera expectativas por ocupación en esta estación del año para el turismo rural.
- Afectación de toda la cadena desde dueños y empleados y su impacto directo en locales de gastronomía, artesanía, guías locales y todos los comercios y servicios relacionados directamente a ellos.
- Los agricultores no tienen un ingreso mensual y dependen mucho de las cosechas y de lo que se genere por la entrada de turistas día a día.
- Corte en la cadena de pagos, cancelaciones de reservas.
- A nivel de poblaciones rurales, pérdida del calendario de fiestas y eventos, en muchos de los casos dinamizadores de la economía local.
Ante este panorama de incertidumbre, la identificación y análisis consideran dos estadios temporales: a corto plazo, ayudar a los prestadores de turismo rural en su situación particular y específica durante la inactividad total, para hacer frente a los costos y pagos.
Para mediano y largo plazo el objetivo será ayudar en la adaptación de los servicios a los nuevos requerimientos y potenciar los canales de difusión y distribución para acercar la oferta a la demanda, contemplando la recuperación paulatina de la actividad turística.
Como consideración final, la recuperación se estima que comenzará por aquellos espacios donde la densidad de población sea baja y el nivel de casos afectados por el virus sean menores. Las pequeñas y medianas ciudades serán principales emisores y receptores, y los espacios rurales y naturales los grandes atractivos.
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